Los comandantes de las fuerzas armadas de Rusia, Bolivia y Venezuela se reunieron esta semana en Moscú para afinar detalles de una alianza de la que no están enterados ni el parlamento y menos todavía los ciudadanos bolivianos.
La reunión se produce una semana después de que el gobierno boliviano admitió haber firmado con Irán un acuerdo de “mantenimiento preventivo y correctivo”, además de control fronterizo y el uso de drones, similar al que el país musulmán tiene con Venezuela, Nicaragua y Cuba.
El 16 de agosto se reunieron, con motivo del foro internacional Army 2023, en el parque temático Patriot del ejército ruso en Moscú, el general Alexandr Fomin, viceministro de Defensa, con el general Hugo Eduardo Arandia, comandante de las Fuerzas Armadas de Bolivia y ambos ratificaron “la disposición mutua de profundizar el diálogo y la interacción práctica, con el fin de llevar a cabo actividades conjuntas de interés mutuo”, según EFE.
Fomin se había reunido antes con el general Renier Enrique Urbaez, comandante de las fuerzas armadas venezolanas para tratar “temas actuales de la cooperación militar y técnico-militar entre Rusia y Venezuela, y marcaron los pasos futuros para su desarrollo”.
El hecho coincide con la llegada a Bolivia de la primera “vasija” del reactor nuclear que Rusia decidió instalar en El Alto de La Paz.
El 13 de agosto, según un reporte de la Unidad de Comunicación de la Agencia Nuclear (UCOM-ABEN) el presidente Luis Arce Catacora, dio a conocer, a través de un tuit, la llegada de la vasija del Reactor Nuclear de Investigación (RNI) fabricada por la corporación rusa estatal Rosatom.
“Avanzamos por la senda del desarrollo, la ciencia y la tecnología como un pueblo digno y soberano. Llegó a Bolivia la vasija y primer componente del Reactor Nuclear de Investigación, que estará en el Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear de El Alto”, dijo el tuit.
La funcionaria Hortensia Jiménez aseguró que el reactor nuclear boliviano es único debido a que está ubicado a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar. Está emplazado en la ciudad de El Alto, en el Distrito 8, en las instalaciones del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear (CIDTN). Tiene 200 kilovatios de potencia térmica, es de tipo piscina moderado y enfriado por agua ligera.
“Antes del embarque de la vasija se realizaron inspecciones con el objetivo de verificar que la fabricación se haya realizado de acuerdo con los estándares internacionales y que todos los controles de calidad se hayan llevado a cabo”, afirmó la especialista de la ABEN.
El costo del reactor ruso es un misterio. Todos los acuerdos comprendidos en esta alianza geopolítica en la que está lanzada la dictadura boliviana, que incluye también a China, están cubiertos por una “cláusula de confidencialidad”.
Lo único que se sabe es que Bolivia deberá pagar este año a Rusia 380 millones de dólares, el próximo año más del doble y así sucesiva y progresivamente.
En cambio, en 2022 Bolivia exportó a Rusia 39,8 millones de dólares, compuesto en 86% por carbonato de litio.
En 2022 Bolivia importó 84.862.785 dólares, equivalente al 0,65% de las importaciones totales.
En cuanto a Irán, el comercio bilateral es mínimo. La última vez que Bolivia exportó algo al Irán fue en 2016 por un total de 28.371 dólares con 2 centavos. El 2022 Bolivia importó por 155.072 de Irán, equivalente a 0,001% de las importaciones.
Pero la embajada de Irán tiene al menos 800 empleados porque Bolivia sería, según fuentes próximas al gobierno, el centro de operaciones para toda la región. Además, Irán tiene una red de televisión para propaganda musulmana que el gobierno boliviano apoya con publicidad.
El experto Joseph Humire dice que Bolivia es el proyecto más exitoso de política exterior de Irán en América latina. Y recuerda que antes de la llegada de Evo Morales a la presidencia, en 2006, ambos países ni siquiera tenían relaciones bilaterales.
Para entender lo que intenta hacer Bolivia con esta política exterior, el canciller Rogelio Mayta dijo a propósito de las reuniones del BRICS: “El desarrollo del mundo ha generado las condiciones para que tengamos hoy en día la posibilidad de construir un nuevo orden mundial. Obviamente, este nuevo orden mundial va a implicar el desplazamiento de la hegemonía de algún país, así como la pérdida de capacidad de incidencia de algunas potencias, fundamentalmente europeas, en algunos territorios de otros continentes”.
Fuente: Infobae