Con el 'bastón de mando', Sheinbaum inaugura su presidencia y presenta sus primeros 100 puntos de gobierno

 
México

México celebra el comienzo de una nueva etapa en su historia con la toma de protesta de Claudia Sheinbaum como presidenta, la primera mujer en ocupar este cargo en la nación. La exjefa de gobierno de la Ciudad de México fue recibida por cientos de miles de simpatizantes en el Zócalo capitalino, marcando el inicio de lo que llama el "segundo piso de la transformación" en continuidad con el proyecto de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador.

En una emotiva ceremonia de traspaso del 'bastón de mando', símbolo de liderazgo de los pueblos originarios, Sheinbaum estuvo acompañada por mujeres indígenas y afromexicanas. Este acto reflejó la diversidad y representatividad de las comunidades históricas de México, en un evento donde la presidenta prometió una política incluyente y respetuosa hacia estos grupos.

Desde el Palacio Nacional, Sheinbaum detalló su plan de gobierno, que consta de 100 puntos estratégicos enfocados en el "humanismo mexicano," una línea que continuará la visión social de López Obrador. Entre sus promesas destacó la construcción de más de un millón de viviendas y la reforma del sistema electoral para fortalecer la "democracia directa," junto con políticas de igualdad de género orientadas a combatir la discriminación y el machismo en la vida pública.

En su primer discurso, Sheinbaum agradeció a la ciudadanía por confiar en ella y subrayó la importancia histórica de su llegada a la presidencia, afirmando que esta victoria no es solo suya, sino de todas las mujeres. "No llego sola, llegamos todas," declaró, haciendo un llamado a que el país avance unido en esta transformación social.

La ceremonia también contó con la presencia de destacados líderes internacionales, entre ellos Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil, Gustavo Petro de Colombia y Xiomara Castro de Honduras, quienes atestiguaron este hito en la política mexicana.

Sheinbaum hereda una situación compleja en términos de seguridad, con altos índices de violencia derivados de la expansión de grupos criminales. Sin embargo, ha descartado volver a la estrategia de "guerra contra el narcotráfico" y, en su lugar, impulsará una política de "cero impunidad" con un enfoque en el fortalecimiento policial y la investigación criminal. Su administración también enfrentará desafíos en materia de derechos humanos y migración, con flujos migratorios sin precedentes y el reto de equilibrar su política de seguridad sin militarizar la región.

Consciente de las críticas sobre un posible autoritarismo, Sheinbaum aseguró que su gobierno protegerá las libertades civiles y los derechos humanos, subrayando su compromiso con la democracia y la no represión del pueblo. Afirmó que "la libertad es un principio democrático" y que en su administración "se garantizará la libertad de expresión, de prensa y de movilización."

Sheinbaum, quien se define como madre, abuela, científica y mujer de fe, hizo un llamado a la unidad y a la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Su llegada a la presidencia representa un cambio de paradigma para México, un país que, en sus palabras, "es una gran nación con un pueblo extraordinario."

La primera mujer presidenta de México ha comenzado su mandato con un mensaje de transformación, esperanza y unidad, en un momento que muchos consideran histórico para la nación.

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