Perú
Durante una reunión con el alcalde de San Salvador Centro, Mario Durán, el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, propuso una controvertida iniciativa en materia de seguridad ciudadana: trasladar temporalmente a delincuentes extranjeros peligrosos al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en El Salvador. Según el burgomaestre limeño, el temor a ser enviado a esa prisión actuaría como un poderoso elemento disuasorio para los cabecillas de organizaciones criminales en el Perú.
“El solo hecho de que un líder criminal sepa que puede terminar en el CECOT bastará para hacerlo huir del país. He visto los videos y estoy convencido de que ni siquiera querrán arriesgarse a permanecer en el Perú”, expresó López Aliaga tras firmar un convenio de cooperación en seguridad ciudadana con su homólogo salvadoreño.
El acuerdo busca promover el intercambio de experiencias y buenas prácticas municipales frente al preocupante aumento de la criminalidad en Lima. En ese marco, López Aliaga solicitó formalmente a Mario Durán que actúe como enlace para explorar una posible cooperación con el gobierno salvadoreño, con el fin de permitir el traslado de sicarios y extorsionadores no peruanos a cárceles de máxima seguridad como el CECOT, por un periodo de hasta 18 meses.
“Tenemos los recursos para ejecutar este tipo de medidas mediante convenios de gobierno a gobierno, similares a los implementados por el presidente Nayib Bukele. Su modelo ha demostrado eficacia en la lucha contra el crimen, la corrupción y en la recuperación del talento joven”, afirmó el alcalde limeño.
López Aliaga también cuestionó duramente las condiciones actuales en las cárceles del Perú, donde, según denunció, los criminales viven prácticamente con comodidades. “Aquí los sicarios y extorsionadores disfrutan de cárceles que parecen hoteles, con acceso a celulares, televisión y antenas. Es inaceptable. Se combina la corrupción con una pésima gestión del presupuesto y la ausencia total de estrategia”, declaró.
En contraste, elogió el modelo de El Salvador, afirmando que es una prueba de que “con voluntad política y asignación eficiente de recursos, sí es posible revertir los niveles de violencia”.
El alcalde limeño subrayó la necesidad de avanzar rápidamente en acuerdos bilaterales en materia de seguridad, ante una situación cada vez más crítica en Lima. “Hemos firmado este primer convenio, pero no podemos quedarnos ahí. Necesitamos avanzar con firmeza. No podemos ser indiferentes cuando se registran seis homicidios diarios en nuestra ciudad”, alertó.
La firma del convenio se realizó en el Salón de Recepciones del Palacio Municipal de Lima. El acuerdo tiene una duración inicial de tres años, con renovación automática, y está orientado al fortalecimiento institucional y al intercambio técnico en temas de seguridad ciudadana. No implica compromisos financieros adicionales para las municipalidades, lo que refuerza su carácter técnico y de cooperación estratégica.
Con esta alianza, Lima busca replicar políticas exitosas aplicadas en Centroamérica para enfrentar su creciente crisis de inseguridad, en un contexto donde la ciudadanía exige medidas contundentes.
Fuente: Gestión