Un título que consagra a España y que abre paso a una generación dorada. La Roja alcanzó la cumbre en el futbol femenil al coronarse en el Mundial de Australia-Nueva Zelanda 2023 y lo hizo venciendo 1-0 a un rival complejo y de jerarquía, Inglaterra, campeón de Europa.
“Ha sido un partido muy sufrido. Inglaterra tiene un equipazo, pero esto era para nosotras”, dijo Olga Carmona, anotadora del gol del triunfo y quien vivió una jornada de contrastantes emociones.
La alegría de la jugadora se vio empañada al enterarse después del partido que su padre había fallecido en la madrugada del sábado.
“Y sin saberlo tenía mi estrella antes de comenzar el partido. Sé que me has dado la fuerza para conseguir algo único. Sé que me has estado viendo esta noche y que estás orgulloso de mí. Descansa en paz, papá”, escribió en redes sociales.
La Roja había llegado tarde a los mundiales femeniles. Su primera participación fue hace dos ediciones, en Canadá 2015, donde ni siquiera pasó de los cuartos de final. Pero esos ocho años bastaron para forjar un proceso que culmina con la gloria.
España ya había conquistado en el futbol femenil los mundiales juveniles Sub-17 de Uruguay 2018 y el Sub-20 de Costa Rica 2022. El camino estaba trazado, sólo faltaba levantar el título más importante. Así, entró a la élite de campeones del mundo con uno de los grupos más jóvenes del torneo
Varias de las futbolistas campeonas en Sídney ya se habían colgado el oro en categorías inferiores,como la defensa Ona Batlle, la centrocampista Aitana Bonmatí, ganadora del Balón de Oro del torneo, así como Salma Paralluelo, quien disfruta de haber obtenido los tres mundiales con La Roja.
Si el talento, entrega y unión estaba en la cancha, los conflictos estarían fuera del campo. No se puede pasar por alto que unas 15 jugadoras renunciaron a ser convocadas antes del Mundial en una protesta contra los métodos de trabajo del entrenador Jorge Vilda, quien fue respaldado por la federación. Incluso, en el festejo hubo cierto distanciamiento con el estratega.
“Estoy orgullosísimo de este equipo, es difícil de describir, es una inmensa alegría”, indicó el timonel.
El festejo se extendió hasta España, donde las calles se tiñeron de rojo y amarillo. Miles de aficionados siguieron el triunfo en las pantallas gigantes instaladas en ciudades como Madrid, Barcelona o Zaragoza.
Si las españolas se sumergían en el gozo, Inglaterra tardaba en procesar la derrota. Había llegado como campeona de Europa con estrellas como Lucy Bronze y Lauren James. En la banca, la entrenadora neerlandesa Sarina Wiegman buscaba la revancha tras haber perdido en la final de Francia 2019 ante Estados Unidos. Pero no hubo redención para las Leonesas.
Ante los más de 75 mil aficionados en el Stadium Australia, el duelo fue digno de selecciones potencia. Ambas salieron con ímpetu aunque las inglesas tuvieron un ligero dominio al inicio.
España reaccionó con una jugada decisiva. Aun cuando Aitana Bonmatí y Hermoso guiaban el ataque, Carmona apareció a gran velocidad para romper a la zaga inglesa y mandar un potente disparo que sacudió las redes a los 28 minutos.
En un intento por recuperarse en el marcador, la entrenadora de Inglaterra, Sarina Wiegman, envió al campo a Lauren James y Chloe Kelly, buscando conformar un rápido tridente ofensivo junto a Lauren Hemp. Así, las Leonas tuvieron un par de destellos en la ofensiva, aunque España mantuvo el control.
Incluso, La Roja tuvo la oportunidad de aumentar la cuenta cuando el VAR señaló un penal a su favor. Jennifer Hermoso disparó desde los 11 pasos pero la arquera Mary Earps atajó el esférico.
El ingreso de la estrella Alexia Putellas en el tramo final permitió a España cerrar el encuentro con tranquilidad para sólo disfrutar de la gloria como campeona del mundo.
Fuente: La Jornada