El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció ante el Congreso su ambicioso plan para el presupuesto de 2025, el cual, aseguró, estará completamente autofinanciado con recursos nacionales y no requerirá de nuevas deudas. Bukele subrayó que el presupuesto no emitirá "ni un centavo de deuda" y que será presentado a la Asamblea Legislativa a finales de septiembre. Aunque no ofreció muchos detalles específicos, dejó claro que este será el primer paso hacia una independencia financiera del país.
El Salvador operará dentro de sus propios límites económicos, ajustando el gasto a los ingresos generados internamente, sin recurrir a préstamos externos, pero con el compromiso firme de continuar pagando la deuda acumulada. El presidente se comprometió a cubrir los pasivos heredados de gobiernos anteriores con dinero generado localmente, proyectando una mejora progresiva de la economía.
Bukele destacó que el presupuesto no solo beneficiará a la nación de inmediato, sino que proporcionará una mejora sostenible con el paso del tiempo, basándose en el principio del autofinanciamiento. Sin embargo, no detalló cómo se garantizará el flujo de recursos suficientes para cubrir todas las necesidades del Estado.
El mandatario reafirmó que el 30 de septiembre presentará el presupuesto a la Asamblea, transmitiendo un mensaje de tranquilidad respecto a la deuda pública, que en 2023 ascendió a 20.097 millones de dólares, más una deuda adicional con los fondos de pensiones de 10.116 millones de dólares. A pesar de estas cifras, Bukele sostiene que El Salvador no necesitará solicitar más préstamos, aunque organismos como el Fondo Monetario Internacional han advertido que la situación financiera del país podría requerir acceso a nuevos financiamientos.
Durante una ceremonia con las fuerzas armadas, Bukele prometió que en pocos años El Salvador será un país verdaderamente independiente, no solo en términos de seguridad y paz, sino también en el ámbito financiero. Resaltó los logros de su administración en la reducción de la criminalidad, afirmando que el país, que alguna vez fue la "capital mundial de los homicidios", es ahora el más seguro del hemisferio occidental.
Este éxito en materia de seguridad ha sido uno de los pilares de su mandato, aunque ha sido criticado por organizaciones de derechos humanos debido a las tácticas empleadas en su lucha contra las pandillas. A pesar de las críticas, Bukele sigue contando con una popularidad alta en la región.
Desde su reelección en febrero, Bukele ha redirigido su enfoque hacia la economía, dejando atrás el énfasis en la seguridad. Para este año, el presupuesto aprobado fue de 9.068,7 millones de dólares, centrado principalmente en salud, educación y seguridad pública. El próximo plan presupuestario buscará consolidar esos avances mientras asegura la estabilidad financiera sin recurrir a deuda.
La propuesta de Bukele ha recibido apoyo del oficialismo. El ministro de Hacienda, Jerson Posada, destacó que este sería el primer presupuesto en décadas que no recurrirá a deuda, ni local ni internacional. Diputados de Nuevas Ideas, el partido de Bukele, ya han manifestado su respaldo, asegurando que la Asamblea está lista para aprobar la propuesta.
Por su parte, en el ámbito financiero, Alejandro Zelaya, director del Banco Centroamericano de Integración Económica en El Salvador, comentó que el anuncio fue bien recibido por los mercados, lo que podría traducirse en una reducción de las primas de riesgo del país.
Rodrigo Ayala, presidente de Invest in El Salvador, se sumó a estas declaraciones, mostrando satisfacción por el anuncio y augurando un impacto positivo para el clima de inversión en la nación.
Con el control casi total que ejerce Nuevas Ideas en la Asamblea Legislativa, es probable que Bukele logre la aprobación de este presupuesto sin mayores dificultades, marcando un nuevo capítulo en su administración orientado hacia la autosuficiencia económica del país.